jueves, 27 de enero de 2011

El Vino



Los orígenes del vino se confunden en la historia de la humanidad, nos acompaña desde tiempos remotos y nos sigue sorprendiendo con los nuevos sabores que tantas variedades de cepas nos pueden dar dependiendo de su terruño, los factores del tiempo y su cuidado desde los viñedos hasta nuestra mesa.

No solo nostros los humanos nos sentimos atraidos por el valioso jugo fermentado, el etanol producido por la fruta fermentada, seduce también a primates y aves. 

Los restos más antiguos que nos ha dejado la historia, nos llevan a las antiguas civilizaciones en la Mesopotamia y Egipto. Luego el hilo de la historia nos conduce a Grecia y se enreda en el resto de paices de Europa.

El relato más antiguo que se conoce sobre la vitivinicultura, se halla escrito en el antiguo testamento, comentando sobre Noé, que plantó una vid y luego con el fruto hizo vino.

Otra antigua documentación sobre el vino, está contada en una fábula persa que relata la historia de una princesa en la corte, había perdido el favor del rey y sintiéndose  desconsolada  tubo la resolución de suicidarse ingiriendo uvas fermentadas en una jarra. Ellas le causaron somnolencia y al despertar de su sueño, se sintió más relajada y con la mente clara, resolviendo que nada en su vida era tan negativo. Cambiando así su actitud hacia la vida, obtuvo de nuevo los favores del rey y mediante decreto el rey ordenó la producción de uvas fermentadas.

En el área que hoy comprende Irán, se ha encotrado cerca del Mar Caspio los primeros desarrollos del vino. En Egipto, de viejos textos en las tumbas, se ha estimado que el vino ya era usado entre 2700 y el 2500 A.C. por sacerdotes y la realeza, mientras el pueblo tomaba cerveza. En excavaciones arqueológicas se han encontrado botellas de vino enterradas bajo tierra, lo que supone un conocimiento sobre la conservación del vino. También lo egipcios tenían cierta clasificación de calidades de vino y los primeros métodos de poda.

El paso del vino a Europa se lo debemos a los Griegos,  quienes hacia el 1600 A.C. extendieron su cultura y el vino era parte importante de su comercio y a demás era recetado como medicina, incluso por Hipócrates. En la Iliada y la Odisea hay muchas referencias al vino.

Pero la entrada del vino en la cultura occidental en su gran escala e importancia actual se debe a los romanos, quienes hicieron muchas contribuciones al desarrollo de la vitinicutura, entre ellas: la clasificación de las cepas y sus colores, métodos de poda, técnicas de irrigación y fertilización, detección de enfermedades, pasos y estados de la fermentación de la uva. También fueron los primeros en usar botellas de vidrio para conservar el vino. La botella de vino en vidrio más antigua encontrada hasta ahora, se hallaba en restos romanos en Alemania y se exhibe en el museo de historia de la ciudad de Pfalz.

El poder económico, la religión y la política influenciaron la historia del vino desde sus inicios. Hacia el siglo primero antes de cristo los romanos exportaban vino hacia sus colonias y no tomó mucho tiempo hasta que las colonias, Península Ibérica, Francia, Alemania e Inglaterra, empezaran a producir su propio vino. Desde Roma se prohibió la importación de vino de las colonias, para que no compitiera con sus propios vinos.


El uso sacramental del vino, perduró la producción del vino durante la edad media.

Entre Inglaterra y Francia hubo mucho comercio del vino, pero a causa de las guerras entre los dos paises, este comercio fué suspendido y los vinos de Portugal ganaron terreno y la preferencia de muchos en el Reino Unido.

Con invasiones e intercambios comerciales y culturales, la enigmática industria de la vitivinicultura arriba a nuevas latitudes: América, África, Australia y Nueva Zelanda.









Durante la invasión europea en el continente americano, se trajeron las cepas a México, Estados Unidos, Argentina y Chile. Muchas de las áreas donde se plantó no dieron resultados y murieron las vides. Por otro lado, otras áreas se fortalecieron y produjeron los primeros vinos en las nuevas colonias. La coronas en Europa se preocupaban que esta se volvieran autosuficientes y por ello prohibieron la producción de vino en las colonias.

Las misiones eclesiásticas protegieron la producción de vino en la colonia para abastecer el ejercicio sacramental y portaron consigo el conocimiento ganado en tantos años de la edad media.





En el siglo XIX, la philloxera destruyó casi todas las plantaciones de vid en Europa y tubieron que importar de America vides que no habían sido atacadas por la enfermedad. Argentina y Chile son dos paises particularmente exentos de este enfermedad por las condiciones solares y de clima generado por el entorno de los Andes.

En Las Tablas Serranas, buscamos buenos y nobles vinos de las diferentes provincias de Argentina que producen fantásticos vinos: Mendoza, Salta, Rio Negro, San Juan y La Rioja.

Vinos blancos del norte Argentino como el Torrontés son delicados, algunos los calificarán como frutales y otros como florales, pero sea cual sea el calificativo, son una joya.

En Mendoza su cepa insignia es el Malbec, mejor si tiene paso por madera, es el ideal acompañante de los platos criollos argentinos. Los vinos tardios sirven como un postre que sella con broche de oro cualquier comida.

Al sur han plantado aquellos cepages de clima frio como el Merlot, cepa tan característicamente europea que encontró al igual que los inmigrantes un nuevo hogar donde crecer y prosperar.

Otras provincias como la Rioja y San Juan, apuestan al Syrah o Shiraz, les puedo decir que no están errando para nada en su elección. Un Syrah rosé, es ideal para pescados, mariscos y una tablita de quesos suabes, mmmmmm! rico, rico, se me hace agua la boca.

De mi viejo pais adoptivo, que puedo decir, tan pequeño pais y tan lleno de tesoros: tempranillo de Ribera del Duero o de La Rioja, los cavas del Penedés, el Moscatell,  el Pedro Ximenez, el Jerez entre muchísimos otros, y aún nos quedamos cortos.

En la lejana y nórdica Canadá, el vino blanco que se hace con las uvas congeladas en invierno, son una delicia. Sauvignon Blanc y Chardonnay son los vinos que yo probé.

Prueben el vino sin abusar, degustenlo, gózenlo y aprecien el trabajo de muchos: del enólogo, del recolector, del ingeniero agrónomo y de todos los que mantienen viva esta deliciosa bebida, hallada por error de la fermentación de unas cuantas uvas.

Brindo con vino
por el sabor afrutado de tus besos
Brindo con vino
porque me recuerdan el color de tus labios encendidos
Y brindo sobre todo con vino
por haberte conocido

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Llevaba la copa a su boca
refrescando así sus labios carnosos
con el elixir dorado de su vendimia
trabajo que con orguyo hacía

Durante las fiestas desnudaba sus piernas
para extraer de las uvas su jugo
preciado mosto que el tiempo madura
como en su rostro gentil se aprecia 









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